miércoles, 1 de febrero de 2017

Reseña de "Orlando y el juego 3. Los heraldos de la niebla" (Luis Durán)



-Título: Orlando y el juego 3. Los heraldos de la niebla.
-Autor: Luis Durán
-Editorial: Diábolo
-Formato: Cartoné
-Precio: 24,95 €
-Sinopsis:
El juego comienza eligiendo a un guardián que deberá situarse de cara a una pared. El resto de jugadores, a cierta distancia, deberán avanzar, con el objeto de tocar la pared custodiada. Cuando el guardián cuenta hasta tres se dará la vuelta y señalará a todos los jugadores que se estén moviendo. Ganará el jugador que alcance la pared sin ser sorprendido por el guardián.
Reglas del juego “El escondite inglés”.
En esta nueva entrega Orlando, incansable viajero en el tiempo, se acercará hasta el Medievo crepuscular para custodiar junto a Andrés ”El Torcido”, el padre Alonso y el caballero Don Diego de Iranzo, unas reliquias que parecen poseer el don de atraer la lluvia.  Al mismo tiempo, en su infatigable búsqueda de Marcel, Orlando  franqueará nuevos lugares como  la Venezuela del siglo XIX, la España rural de los años treinta o un quimérico futuro donde la Tierra ya solo puede ser evocada a través de la memoria. Antes, después, ahora… hoy, ayer, mañana. Da lo mismo desde que Orlando y Marcel  desafiaron el tiempo lineal y provocaron nuevas paradojas en la esfera de cada reloj.



-Opinión personal:
            Continúa en esta tercera entrega la apasionante persecución ideada por Luis Durán, en la que nos hace ver que tiempo y espacio están lejos de ser algo rígido, sino que fluyen y se multiplican a la manera de los fractales. En esta ocasión la narración se detiene fundamentalmente donde terminó en la entrega anterior: el misterioso parecido entre Marcel y un santo del siglo XV cuyas reliquias son objeto de rapiña y disputa por atribuírsele el atraer la lluvia. Esto no impide que, como siempre, se nos traslade a otros momentos por completo distintos con otras apariciones del misterioso personaje, como puede ser la vida marginal de Joaquín, un muchacho que parece abocado a la delincuencia, o la bella historia, narrada en verso, de una revolucionaria venezolana en el proceso de independencia del país. Orlando, incansable perseguidor de las alteraciones –hasta el momento positivas- de Marcel, deberá transportar las reliquias a Medina Sidonia, donde supuestamente estarán más seguras, aunque parece haber una gran cantidad de intereses en juego directamente relacionados con ellas, cuyo misterio queda en suspenso, al igual que el de los signos circulares que aparecen en los campos y parecen poseer la extraña capacidad de transportar a quienes se meten en ellos a otros momentos de sus vidas…
            Luis Durán consigue mantener el nivel de calidad en guión y trama, a pesar de lo ambicioso de la serie y de la dificultad que plantea el resultar solvente manejando el lenguaje y los personajes de momentos tan dispares. Asimismo, el autor continúa mostrando su habilidad para crear una serie de subtramas y personajes secundarios de gran fuerza y atractivo, sin que por ello decaiga la acción principal que vertebra la historia ni se diluya en la técnica de narraciones inmersas en narraciones más amplias.
            El dibujo, personal y expresivo, continúa haciéndonos disfrutar con su gran riqueza de detalles históricos y en el equilibrio entre la acción y la descripción, con una insólita sensibilidad para extraer toda la belleza posible de cada elemento de la historia, con guiños continuos a estéticas de lo más diverso. En resumen, Orlando y el juego  continúa siendo una de las grandes sagas actuales, y no hace sino aumentar la expectación para próximas entregas.
 
Gracias a Diábolo por el ejemplar.