viernes, 10 de noviembre de 2017

Reseña de "¿Dónde quedaron los buenos tiempos?" (Jim, Alex Tefenkgi)



-Título: ¿Dónde quedaron los buenos tiempos?
-Autor: Jim, Alex Tefenkgi
-Editorial: ECC




Tras un título tan descarnado sólo puede esconderse una historia intensa, de gran carga emocional en un momento vital, el de sus protagonistas, de desengaño y replanteamiento de cuestiones existenciales. Es lo que les ocurre a Hugo, Étienne y Jean-Marc, grupo de amigos treintañeros que sufren la pérdida de Fred, el cuarto integrante del grupo, por suicidio. El trauma y el dolor derivados de este hecho hace a todos reflexionar sobre su propia vida, sobre su pasado, y sobre lo que ocurrió con todos aquellos proyectos que planeaban, ilusionados, para el futuro. La narración se centra en particular en Hugo que, incapaz de borrar el contacto de su difunto amigo del teléfono, continúa marcando el número y hablando con el nuevo propietario de la línea… Con estas conversaciones como hilo conductor, Jim y Alex Tefenkgi nos mostrarán las circunstancias de los tres amigos y su reacción ante el insólito testamento de Fred, que lega a cada uno un objeto que no saben cómo interpretar. A partir de ahí, cada uno de ellos tratará de dar sentido al extraño regalo (un acordeón para Jean-Marc, un libro de Sartre para Étienne, un tirachinas y un monociclo para Hugo) y, con ello, a su propia vida.
El libro de Sartre regalado a Étienne nos da la clave existencialista que, sutilmente, subyace al relato: hasta qué punto la importancia que se le da a los hechos del pasado condiciona las decisiones del presente, y cómo es uno mismo el que decide la importancia que estos hechos van a tener para su vida futura. Así, una decisión aparentemente arbitraria supondrá para cada uno de ellos un viaje iniciático que les ayudará a descifrar claves de sus circunstancias vitales. A pesar de la intensidad sentimental -que roza peligrosamente el melodrama en algunas ocasiones-, en particular en las circunstancias familiares y sentimentales de Hugo, Jim y Tefengki muestran su habilidad para llegar a un trasfondo de reflexiones, pequeñas sensaciones e impresiones cotidianas que normalmente callamos, y con las que nos sentiremos fácilmente identificados. Por muy desesperadas que sean las situaciones que se no plantean, la impresión final es de lucha vital y optimista, en la que a pesar del mundo precarizado en el que les (nos) ha tocado vivir, los tres amigos salen adelante y el suicidio de Fred contribuye, en último término, a salvar otra vida.
El dibujo de Alex Tefenkgi, limpio, sobrio y elegante, lleva detrás un arduo estudio de los personajes y todo su abanico de emociones, que les empujan a situaciones límites transmitidas con eficacia. El estudio de color, también muy cuidado, tiene a la ciudad de París como la otra gran protagonista de la historia, con maravillosas perspectivas de las calles y edificios por los que transitan los personajes, y que resulta un buen recurso para los flashbacks y las divagaciones de los protagonistas. Además, el cómic se complementa con un colofón que detalla el proceso creativo del mismo y que resulta tremendamente interesante, ya que aunque la inclusión de bocetos y storyboards sea habitual, no lo es tanto que los autores tengan la generosidad de mostrarnos el making off creativo de manera tan exhaustiva.
En resumen, la belleza y la intensidad emocional de la historia se unen y compensan a lo largo de un cómic que nos hará reflexionar y que, a pesar de lo descarnado de sus planteamientos, nos dejará un buen sabor de boca.

Gracias a ECC por el ejemplar
 



jueves, 2 de noviembre de 2017

Reseña de "Academia Jedi"



-Título: Star Wars: Academia Jedi
-Autor: Jeffrey Brown
-Editorial: Planeta Cómic



“Toda la vida había planeado ir a la escuela de pilotos, como todos mis amigos… ¡Pero me rechazaron! Después llegó a un tipo bajito y verde llamado Yoda y me invitó a la Academia Jedi. Ahora voy al colegio con alienígenas, robots y abusones capaces de manejar una espada de luz o… ¡mover cosas con la mente!
¿Cómo esperan que compita con eso? Como si empezar el instituto no fuese bastante difícil de por sí…”
            Con su habitual visión simpática y tierna del universo Star Wars, Jeffrey Brown nos propone, en esta ocasión, un proyecto más ambicioso que las recopilaciones de viñetas a las que nos tiene acostumbrados, y de las que hemos podido disfrutar en títulos como Darth Vader e hijo o Darth Vader y su princesita. En Academia Jedi,  a través de una divertida y original combinación de fragmentos de cómic, collages, cartas, etc. que conforman el diario de Roan Novachez, el joven protagonista, Brown nos cuenta cómo la vida de éste da un giro inesperado cuando, en lugar de ser admitido en la Escuela de Pilotos, al igual que su padre y su hermano mayor, recibe una carta de un tal Maestro Yoda, en la que se le comunica que ha sido aceptado en la Academia Jedi. La mudanza desde su planeta, Tatooine, y la adaptación a la nueva vida no va a ser fácil y, mientras Roan comienza a entender la filosofía Jedi descubrirá, a la vez, la amistad, el primer amor y cómo plantar cara a los abusones habituales. El ritmo de la narración de este aprendizaje es un gran acierto de Brown, y en ningún momento se hace pesada gracias al humor presente en todos los formatos que se intercalan en el diario de Roan que, como todos hemos sentido alguna vez, deberá aprender a superar las dificultades y ganar seguridad en sí mismo para poder enfrentarse a los nuevos retos que se le presentan. Pero no todo va a ser pruebas y exámenes; en Academia Jedi también nos encontraremos excursiones a planetas que a los aficionados a la saga nos resultarán familiares, actividades de grupo y, cómo no, emocionantes combates de sable láser
            El estilo gráfico de Brown, gran conocedor de Star Wars, continúa dentro de su habitual línea naïf y cartoon, que con su simpatía hace las delicias de los “frikis” de este universo. Los personajes, tan divertidos como bien trazados, los detalles de planetas y criaturas y, sobre todo, el trasfondo de ternura y humor en el que Brown es maestro, nos harán leer este cómic con una continua sonrisa en la boca.
 
Gracias a Planeta Cómic por el ejemplar