La celebración de este evento fue un
especial motivo de alegría para todos los que participamos en él, no sólo por
lo especial de la fecha en que La Quinta del Sordo nos había cedido su espacio
sin restricciones, sino por ser resultado de las sinergias generadas durante la
realización del curso de profesionalización de artistas y gestores culturales
Tandem, al que asistimos en este mismo espacio a finales de abril. Merece
destacar aquí el trabajo de Javier Guerra y Adriana Berges como coordinadores
del curso y del equipo, que se han volcado absolutamente con el proyecto,
poniendo a nuestra disposición todos los recursos que necesitábamos. Todo ello
además teniendo en cuenta la tradicional celebración de las hogueras que tenía
lugar todos los años en el Parque de la Cornisa, justo al lado del espacio. Los
nueve participantes encargados del evento tenemos perfiles muy diversos, y esto
era precisamente el punto fuerte que queríamos aprovechar para poder hacer algo
realmente creativo y multidisciplinar. Por ello, comenzamos a pensar, ya
durante el curso Tandem, cómo podían integrarse todos nuestros puntos de vista
en torno a los elementos fundamentales para esta fiesta: el fuego, protagonista
absoluto, y la gran cantidad de magia y leyendas que suceden en una de las
noches más especiales del año.
Una de las primeras decisiones que tomamos
fue construir una gran puerta, que simbolizara el umbral que permite el paso
entre mundos, y que al estar abierto durante esa noche permite el libre tránsito
de hombres y seres mágicos. Además, debía ser una puerta participativa, en la
que los asistentes pudieran intervenir, escribiendo aquello de lo que querían
deshacerse, y de lo que se liberarían al arrojar la puerta al fuego purificador
de las hogueras.
A su vez, también teníamos claro desde el
principio que el evento tenía que contar con una parte dinámica, con el fuego,
la música y la performance como
protagonistas. Los artistas Iván Lucas, Pablo Pérez Palacio, Adriana Berges y
el músico José Luis Fraga se encargaron de idearla y encargarse de la logística
de imagen y sonido.
Por último, decidimos decorar la rampa de
entrada al piso inferior con escenas de hogueras y frases con una breve
información sobre la fecha, para lo cual Jara Blanco y yo, como gestoras
culturales, estuvimos buscando información sobre sus orígenes en el solsticio
de verano, las diferentes maneras de celebrarla a lo largo de la historia, así
como los elementos mágicos y rituales más difundidos para realizar durante esa
noche. Finalmente, elegimos las siguientes frases para que fueran pintadas en
la pared:
-“San Juan es el triunfo de la naturaleza
sobre lo añadido, que rompe las barreras de las normas impuestas y se
manifiesta sin trabas, libre y espontánea como la esencia humana.”
-“En la Antigüedad se creía que durante los
solsticios se abrían las puertas entre mundos y hombres, dioses y espíritus
quedaban comunicados por una noche.”
-“La llegada de San Juan implicaba para el
hombre del campo el cambio de las faenas agrícolas.”
-“Ante el fuego se puede hacer todo tipo de
hechizos, pedir deseos y ahuyentar los malos espíritus.”
Asimismo, dejamos a disposición de los
visitantes unas listas con los elementos fundamentales de esta noche: fuego,
agua y plantas, a modo de instrucciones de uso, con las diferentes acciones que
debían hacerse durante la noche para aumentar su poder mágico. Por último, a
modo de juego, redactamos diversos rituales populares para realizar durante la
noche y, doblándolos en papeles aparte, los dejamos en un cuenco para que los
visitantes eligieran uno al azar y tuvieran su propio ritual de San Juan.
El montaje tuvo lugar durante el día
anterior y el mismo del evento y, a pesar del poco tiempo del que disponíamos,
finalmente resultó eficaz y todo estuvo listo a tiempo. Lamenté no poder
participar más debido a obligaciones laborales, pero gracias a eso también la
sorpresa fue mayor cuando llegué y pude ver el resultado final, que resultó
realmente bello y sorprendente. Las fotografías recogen cómo quedó la
decoración de las paredes, así como la performance
ejecutada por José Luis, Pablo, Iván y Adriana, realmente impresionante.
Entre la sinuosidad del clarinete de José Luis y la luz oscilante de las llamas
proyectadas, Adriana se convirtió en fuego con su danza, y transmitieron a la
perfección ese punto de magia y misterio con el que se abría la noche más corta
del año.
Los resultados tanto de la ambientación de
La Quinta como de la performance fueron
más que satisfactorios, y nos han servido como estímulo de cara a plantear más
proyectos que ojalá comencemos a emprender pronto todos juntos. Creo que las
imágenes que se pudieron captar del evento hablan por sí solas.
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