Inicio con este post una pequeña crónica de lo que ha sido mi proyecto más reciente: el comisariado de la exposición Habitaciones, inaugurada el 8 de mayo.
El
proyecto de la exposición colectiva “Habitaciones” nace dentro del contexto del
espacio de coworking La Quinta del
Sordo de Madrid (http://quintadelsordo.com/).
El motivo de mi acercamiento a este espacio se debe a que, dentro de la oferta
de coworking de la ciudad, es el que
más apuesta por el trabajo en torno a una comunidad creativa con la interacción
entre disciplinas y profesiones como principal objetivo. La conformación de
esta comunidad creativa tiene como fin la generación de proyectos y sinergias
atendiendo a un “modelo de colaboración y transmisión entre creadores,
profesionales y el público; dirigido simultáneamente a lo local (barrio) y a lo
internacional”. Con ello se cumple la línea de trabajo en la que pretendo
centrarme dentro de mi trayectoria profesional.
Dentro de las líneas de
actuación de esta filosofía se encuentra la profesionalización y visualización
del trabajo de la comunidad creada en torno al espacio, de ahí que Javier
Guerra, gestor, artista plástico y uno de los responsables del espacio, me
propusiera comisariar una exposición colectiva que reuniese el trabajo de los
artistas que allí trabajaban, y que se inauguraría con motivo de la celebración
de Los Artistas del Barrio.
Hago
aquí un breve inciso para explicar esta actividad
(http://losartistasdelbarrio.com/), que a lo largo de los años, desde 2004, se
ha convertido en uno de los eventos artísticos independientes más importantes
de Madrid. El concepto del proyecto es un fin de semana de puertas abiertas de
estudios de artistas particulares y espacios vinculados a este ámbito, con el
objetivo de promocionar y difundir a los creadores contemporáneos que
desarrollan su trabajo en las áreas de La Latina y Lavapiés. Como afirman en su
página web, “el proyecto quiere trascender las fronteras
institucionalizadas del arte recluido en museos y galerías, para devolverlo a
su fuente original, sus espacios de creación y de autentica divulgación”. De
ahí que las coordenadas del barrio y sus dinámicas sean fundamentales. A través
de un conocimiento más directo de la actividad artística y de sus autores, el
público tiene la oportunidad de acercarse a las obras con una comprensión del
contexto en el que surgen y la posibilidad de dialogar con el creador, pudiendo
conformar así una visión propia y no mediatizada. Además, para los artistas,
supone una oportunidad de trabajar en red y dar a conocer sus proyectos,
generando así sinergias básicas para un ambiente culturalmente rico y diverso,
capaz de cambiar y mejorar el entorno en el que surge. Por todos estos motivos
consideramos idóneo hacer coincidir el comienzo de la exposición con la
celebración de estas jornadas, al compaginarse perfectamente con los fines que
se pretenden tanto desde La Quinta en global como con la celebración de esta
exposición en concreto.
Plantear
una exposición teniendo en cuenta estos factores no fue fácil, ya que había que
partir de una visión integradora de todos los artistas vinculados al espacio, y
adoptar unos criterios lo suficientemente amplios para que todas las obras
tuvieran cabida, manteniendo obviamente una coherencia interna y dando un
sentido a la exposición sin los cuales no existiría una labor de comisariado.
Así, acabé presentando el siguiente texto como línea en torno a la cual
conformar la exposición:
“Habitamos
espacios y cuerpos como forma de estar en el mundo; pero nuestra relación con
ellos y en ellos cambia, y cada vez son más las construcciones y filtros que
interponemos, a modo de proyección sublimada de nuestra identidad y entorno,
exigida por el dominio de la hipervisualidad en que nos movemos. Esta
exposición colectiva de La Quinta del Sordo pretende reflexionar sobre la
diversidad de vías que surgen al relacionarnos con nuestras “habitaciones”, con
nuestros espacios en el tiempo. Un compendio de construcciones interpuestas
entre nosotros y el mundo, entre nosotros y los otros, en las que se impone el
valor matérico y el efectismo visual marcados por el fulgor de lo pasajero, el
usar y tirar, lo efímero que prácticamente se agota en el momento de surgir.”
Fotografía de una de las reuniones preparatorias:
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