-En el alba -dijo el poeta- me recordé diciendo unas palabras
que al principio no comprendí. Esas palabras son un poema. Sentí que había cometido
un pecado, quizá el que no perdona el Espíritu.
-El que ahora compartimos los dos -el Rey musitó-. El de haber
conocido la Belleza, que es un don vedado a los hombres. Ahora nos toca expiarlo.
Te di un espejo y una máscara de oro; he aquí el tercer regalo que será el último.
Le puso en la diestra una daga. Del poeta sabemos que se dio
muerte al salir del palacio; del Rey, que es un mendigo que recorre los caminos
de Irlanda, que fue su reino, y que no ha repetido nunca el poema.
Doy comienzo a este nuevo blog, que tiene como finalidad recoger mi trabajo dentro del mundo de la gestión cultural en su sentido más amplio, a modo de registro, y en la que iré incorporando reseñas, crónicas, opiniones y todo lo demás. Aparte de un evidente homenaje a Borges, el nombre del blog se debe a que estos dos conceptos concentran, en mi opinión, todas las aspiraciones de la obra de arte, de todas las artes; mirar y ser mirado, construir, construirse y proyectarse, verse reflejado en otras miradas, va a ser la piedra angular de todo lo que vendrá a partir de ahora.
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