-Título: Una
hermana
-Autor: Bastien
Vivès
-Editorial:
Diábolo
Bastien Vivès ya nos ha demostrado
sobradamente su maestría en el dominio de la narración visual empleando un
mínimo de elementos; aunando ternura y dureza únicamente con gestos y miradas,
y con un ritmo narrativo muy bien compensado, nos ha transmitido historias de
la intensidad de Polina o El gusto del cloro.
En
este caso, Vivès nos trae una historia con la que, de un modo u otro, nos
podemos identificar fácilmente: el despertar sexual, la pérdida de la inocencia
que conlleva el paso de la infancia a la adolescencia, experimentada en este
caso por Antoine, el protagonista, que a sus trece años ve cómo un verano de
playa aparentemente tranquilo y anodino quedará trastocado por la llegada de Hélène,
hija de una amiga de su madre, tres años mayor que él. Ella será la llave de un
mundo completamente inimaginado para Antoine: el de las aventuras nocturnas a
escondidas de los padres; los escarceos con el alcohol y las drogas y, por supuesto,
una incipiente sexualidad latente, que se percibe en todas partes, en todos los
habitantes del planeta que se abre ante Antoine.
En
esta historia, una más de tantas parecidas, y que podría no tener mayor
relevancia, Bastien Vivès sabe introducir un componente trascendental que apela
directamente a la esencia humana y, sobre todo, al sutil y continuado baile en
pareja entre la vida y la muerte; a cómo un hecho sin mayor importancia
aparente en nuestras vidas puede traer consecuencias insospechadas a las
mismas. El situar esta historia en el marco atemporal del verano y las
vacaciones incide acertadamente en la profundidad que podemos encontrar, a poco
que escarbemos, en este cómic.
Todo
ello no impide que Vivès se centre con su habilidad habitual en los detalles de
la historia, en transmitirnos con eficacia la zozobra y el desasosiego de
Antoine ante la continua emanación de sensualidad por parte de Hélène, su
indecisión ante los nuevos amigos y las nuevas sensaciones, su honda
sensibilidad que le lleva a tratar de dibujar a la joven una y otra vez con
desesperación, a la vez que continúa sumido en el mundo de los pokemon… Pero Hélène
tampoco se nos muestra como un personaje plano, sino que sufre los virajes
propios de su edad, a la vez que asume el papel de iniciadora de Antoine en el
mundo de la juventud y del sexo y no deja de sufrir por la inestabilidad
presente en su familia. Como trasfondo sutil a todos estos elementos se
encuentra el aborto, la pérdida de una vida que nunca llegó a ser, y lo que
ésta podría haber sido, tanto para la madre de Hélène como para la madre de
Antoine y para ellos mismos, ya que la figura de las hermanas ausentes es
continua en el cómic y, de hecho, da nombre, acertada y ambiguamente, al
título.
El
trazo de Vivès, en el blanco y negro habitual, se mantiene fiel a su aparente
sencillez con la que, como ya hemos dicho, consigue un potencial expresivo y
sugestivo muy difícil de alcanzar. Los escenarios y personajes de este verano
metafórico se nos presentan con toda su intensidad a través de unas pocas
líneas apenas esbozadas de sobria elegancia, y un dominio absoluto en la
alternancia de planos y la composición de escenas con una carga emocional,
sensual y sexual tan alta como difícil de resolver. En definitiva: un autor cada
vez más imprescindible, que nos ofrece una nueva muestra del poder de la
narración gráfica en todo su esplendor.
Gracias a Diábolo por el ejemplar
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