-Título: The Ghost in the Shell.
-Autor: Masamune Shirow
-Editorial: Planeta
-Formato: Cartoné
-Páginas: 352
-Precio: 17,95 €
-Sinopsis:
Thriller futurista, protagonizada por Motoko
Kusanagi, una cyborg medio humana, miembro de la policía tecnológica. Kusanagi
con un cuerpo artificial y un cerebro mejorado por la ciencia realiza proezas
sobrehumanas, necesarias en deber policial.De sobras es conocido ya Masamune Shirow, un autor que se prodiga poco, pero que, cuando lo hace, presenta obras de la calidad de Appleseed, Orion o Ghost in the Shell. En esta obra, Shirow nos deleita con sus obsesiones: las mujeres hermosas, la maquinaria, y una extraña fusión entre la genética y la robótica. Y todo ello con un trazo irrepetible.
-Opinión personal:
Clásico
de la ciencia ficción donde los haya, Planeta reedita, con motivo de su
adaptación cinematográfica, el manga de Masamune Shirow, lo cual se presenta
como una excelente ocasión para revisarlo. A pesar de estructurarse en una
serie de episodios que narran las aventuras de la Mayor Motoko Kusanagi y la
Sección de Seguridad Pública 9, encargados de delitos cibernéticos en un futuro
no tan hipotético. Mientras que los episodios iniciales tienen un carácter
independiente, y cada uno presenta un caso que Kusanagi y su equipo deben
resolver –en ocasiones de manera poco ortodoxa-, la segunda parte presenta una
trama continuada con el misterioso Puppeteer
como hilo conductor, un ser que es capaz de trasladar su ghost a diversos cuerpos, y que provocará que Kusanagi vea desdibujada
su propia naturaleza.
El
trasfondo de toda esta acción acaba siendo el protagonista real de la trama;
tras los casos de la Sección de Seguridad Pública 9 se esconde la reflexión, en
un entorno en el que la tecnología se ha integrado en el ser humano de tal
manera que resulta difícil diferenciar uno de otra, qué es lo que nos separa,
como especie, de robots que pueden conectarse, igualmente, a una especie de
nube de datos que deciden la personalidad individual: el ghost o alma. Junto a dicha reflexión, que se da más acentuadamente
con el caso de Puppeteer, se plantea
la cuestión del valor real de los avances tecnológicos, cuando los delitos,
cibernéticos o no, siguen siendo los
mismos que en la época anterior a la convivencia entre personas y robots.
El
dibujo, que combina páginas en blanco y negro con otras en color, es abigarrado
y tremendamente expresivo. Tal vez un mayor tamaño de los textos de las viñetas
ayudaría a un mejor seguimiento de la trama, que alterna grandes dosis de
sarcasmo y caricatura en la primera parte, para volverse más seria y profunda
en la segunda. Personajes como Kusanagi y sus compañeros Togusa o Saito oscilan
entre las bromas soeces y reflexiones oscuras y profundas.
En
resumen, un buen ejemplo de que la acción no está reñida con el planteamiento
de cuestiones que dan mucho que pensar, en torno a nuestra propia identidad y a
unos problemas inherentes a la especie humana que no cambian, ni siquiera en un
futuro al que parecemos acercarnos peligrosamente.
Gracias a Planeta Cómic por el ejemplar.
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