-Título: Casos violentos
-Autor: Neil Gaiman, Dave McKean
-Editorial: ECC
-Formato: Cartoné
-Páginas: 64
-ISBN: 9788416901593
-Precio: 12,95 €
-Sinopsis:
Publicada originalmente en 1987, Casos Violentos representó la
primera colaboración entre Neil Gaiman (Sandman) y Dave McKean (Cages). Galardonada con el
premio Eagle a lamejor novela gráfica, esta obra explora las implicaciones de
la violencia, la capacidad de fascinación inherente a la infancia y la
naturaleza caprichosa de la memoria.
-Opinión
personal:
Por
un número ya abultado de reseñas hemos podido comprobar que la colaboración
entre el escritor Neil Gaiman y el artista Dave McKean nunca falla, aunque,
como siempre, reconozco no poder abordar cada una de sus obras de manera
objetiva, ya que se han ganado sobradamente el primer puesto en mi ranking de tandems creativos
predilectos.
Nos
encontramos, además, ante un cómic especial, ya que Casos violentos fue la primera colaboración entre ambos autores en
1987, y en ella se adivina ya todo el potencial de la mezcla de talentos en un
momento calificado por Alan Moore, en su introducción a la primera edición, de
“adolescencia del cómic”; el despegue del cómic independiente en el que ya
había conseguido emanciparse de su discurso gráfico y temático de superhéroes y
“hace muchas preguntas sobre sexo y política, se comporta de manera extraña y
(…) sus despropósitos van de lo insorportablemente grosero a lo innegablemente
genial y (…) se pueden captar ciertos destellos del adulto fascinante y seguro
de sí mismo en el que lucha por convertirse.”
Como
en todas las creaciones de Gaiman, el hilo narrativo aparenta ser sencillo: un
narrador adulto nos cuenta una parte de sus recuerdos de infancia,
especialmente aquellos respectivos a su padre y la visita a un misterioso
osteópata que conoció a Al Capone mucho tiempo atrás. El lector no se da cuenta
de la complejidad de la trama hasta que ya está atrapado en la misma y se le
exige que ponga de su parte para completarla. Como todos los grandes
narradores, Gaiman no plantea respuestas, sino preguntas. A nosotros
corresponde hacer nuestro ese mundo y darle forma, con temas tan resbaladizos
como son, en este caso, la conformación de la memoria y la fascinación por la
violencia en un contexto cotidiano, sin grandes tragedias y con cuestiones
complejas y ambiguas, sin una sola respuesta, que todos nos hemos planteado en
alguna ocasión, y en las que Gaiman es un maestro en transmitir con tan sólo
unas pocas pinceladas.
La
mezcla de novela negra y aquella fantasía que surge de las trampas que nos
tienden nuestra propia mente y percepciones se mezclan para mostrarnos unos
personajes adultos vistos desde la óptica de un niño: enormes y sólo
parcialmente descifrables. Se hace necesario esconderse para ver el mundo sin
ser visto, desde una rendija tan imprecisa como los recuerdos que permanecen en
la memoria, o en la superposición de memorias en este caso, ya que la del
narrador infantil se solapa con la del osteópata que le trata su lesión en el
brazo, y que le habla de los tiempos en los que conoció y trató al mismísimo Al
Capone.
Como
viene siendo habitual, la maestría de Dave McKean captando la complejidad y
oscuridad del mundo de Gaiman es absoluta, y su capacidad de experimentación
creativa nos transmite una potencia artística apabullante, que deja sin aliento
y que nos sumerge en todo un mundo con tan sólo la sugerencia de unos pocos
elementos.
El
volumen se complementa, además, con diversos prólogos a ediciones anteriores y
reflexiones de los propios autores sobre el paso del tiempo tras este primer
hito de su fructífera colaboración, estableciéndose un juego de memoria en la
realidad con muchos puntos en común al del cómic. Una vez más los recuerdos son
inasibles, dentro o fuera del arte.
No
oculto las ganas de tener este cómic entre mis manos y, tras leerlo, me atrevo
a pronosticar que no defraudará a nadie que sienta curiosidad por él. Pero
además estamos, en mi opinión, ante un cómic de culto, de esos a los que se
vuelve una y otra vez, hallando siempre cosas nuevas y que son imprescindibles
en nuestro estante.
Gracias
a ECC por el ejemplar.